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Des-categorización de los MEDIOS DE COMUNICACIÓN



Por Abog. Beatriz Morel.

A pesar de que nuestra selección de fútbol no tuvo participación en el Mundial de Rusia, igualmente estuvimos prendido a este evento y apoyando a la selección de nuestra predilección e ir cambiando a medida que ésta se iba eliminando. 


En la parte periodística, nuestro país tuvo una triste participación que tuvo eco mundial en donde los protagonistas demostraron un bajo nivel en todos los sentidos como también en comicidad y creatividad. Por otra parte otros que sí son periodistas han realizado trabajos impecables y de quienes podemos enorgullecernos.
Hoy día, hablar en algún medio radial o televisiva ya no es novedad, más aún desde que se multiplicaron como hongos las radios piratas, evento que deslizó vertiginosamente la fama de todos los medios de comunicación y pasó a ser una competencia desleal lo cual significó bajar los costos de los anuncios para no morir todos juntos. Probablemente ahí comenzó  la descategorización de los comunicadores que si se le metiera en una fosa común, no haría ninguna diferencia.

Antes de que los medios de comunicación se prostituyeran, los señores locutores se manifestaban con respeto a su audiencia, con una voz firme y sincera, con términos sofisticados que daba gusto escuchar y de paso, uno aprendía a mejor la forma de hablar y enriquecer el vocabulario. Además, en las radios escuchábamos música de las buenas, que nos instruía, nos hacía mejorar la cultura general, amar nuestra música, nuestra historia, conocer nuestra gente y aceptarnos como pueblo.

Esa época dista tanto de la realidad de hoy y, aparentemente ya no volverán esos tiempos. Hoy día, no podemos escuchar tranquilamente una radio. Los locutores pronuncian cada grosería que da vergüenza ajena, quizás porque se indigna con las cosas que pasan en las esferas públicas y también privadas, pero nada puede justificar ser tan polémico, grotesco y de mal gusto, me refiero a los programas mañaneros que emiten noticias y notas políticas y afines. Por otra parte, están los programas informales que, son unos criminales de la lengua española y unos australopitecos en relaciones sociales y comunicación.

Muchos de estos “comunicadores sociales” apenas leen, no saben hablar bien ni español ni guaraní, por ahí surgen miles de audios que recorren por watsapp en donde son blancos de burlas ciertos locutores por su peculiar manera de hablar. Con una lectura contínua y constante se puede mejorar la cultura. El carácter se puede controlar para vivir en sociedad.