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"Desafío a la inteligencia"



Por el Prof. Juan Ramón González P.

Lentamente o con pasos acelerados vamos concluyendo un año más. Lógicamente, lo de lento o acelerado está fuertemente condicionada por la gracia o la desgracia de una persona en su experiencia cotidiana.



Con algunas de estas paradógicas aristas también se va un año lectivo más. Periodo escolar que desde mi aula puedo decir convencido ,que no hemos propuesto y mucho menos encaminado políticas educativas que puedan transformar una sociedad, como la nuestra sumida en innumerables falencias y necesidades.

Si bien, desde las luchas gremiales de docentes y centros de estudiantes se han logrado acrecentar meriendas escolares, materiales didácticos, construcciones y mejoras edilicias, no es menos cierto que existe una gran desconfianza y hasta denuncias por los altos costos que estas mejoras representan.

A esto se suma un año político con denuncias constantes de profesionales que son literalmente sometidos a pensar de una manera y responder a ello. La docencia y debo manifestarlo con dolor no estubo exenta de esas críticas.

La campaña politica emprendida por los diversos partidos y movimientos, ponen a prueba nuestra inteligencia y capacidad de razonar y tomar decisiones.

En ninguna propuesta de ninguno de los candidatos al ejecutuvo, escuché plataformas concretas de cifras, números y propuestas de soluciones reales a problemas sociales arraigados en nuestro país. Al carecer el discurso político de estas condicionantes en tiempos reales de concreción. Como los ciudadanos podríamos hacer un control eficiente ante el cumplimiento o no de lo prometido en las campañas a fin de aplaudir o denunciar en caso de incumplimiento.

La educación y el presupuesto que a ella se asigna debe ser clave en la propuesta que nos ofrecen quienes pretendan acceder a un cargo a través de la confianza y el voto popular de la ciudadanía.

La ignorancia es causante de violencias, enfermedades, corrupción, destrucción del medio ambiente, vicios y muchos otros males que sólo traen consigo la vida indigna de un pueblo.

A la ya insuficiente suma destinada a la educación y la alta cifra de pobres en el país ,se suma la propuesta del ejecutivo de poner aranceles a la Universidad Nacional, excluyendo de esa manera a los hijos de familias limitadas en su economía poder hacer realidad el sueño de ser profesionales.

Pensemos primeramente en que el ciudadano logre un estándar en su calidad de vida, a partir de ello la contribución del mismo vendrá por añadidura.