Header Ads

CUERDAS VOCALES

.
¿SABES QUÉ HACER PARA CUIDARLAS?

Gran porcentaje de las personas mayores de 65 años presentan problemas relacionados con alteraciones en la voz. A nivel mundial, 1 de cada 13 personas padece un trastorno de este tipo, no recibiendo el tratamiento adecuado en la mayoría de los casos.

La voz es una herramienta básica en nuestra comunicación y es ese sonido, que se transforma en palabras, se produce cuando el aire de los pulmones pasa a través de la laringe y hace que vibren las cuerdas vocales.

A lo largo de la vida, nuestra voz experimenta cambios normales. Las alteraciones anómalas de la voz, o disfonías, pueden deberse a causas diversas, desde una determinada enfermedad, hasta el mal uso o falta de cuidado de nuestra propia voz, algo que se puede prevenir con medidas sencillas.

Las disfonías prevalentes en personas mayores y sus causas.

.


Los cambios en la voz pueden tener orígenes muy distintos, desde un proceso inflamatorio pasajero en garganta y laringe debido a un proceso catarral, hasta patologías más serias, como pueden ser la presencia de nódulos o pólipos en las cuerdas vocales que es importante tratar y diagnosticar. 

Especialistas explican que los nódulos son crecimientos benignos (no cancerosos), en el tejido de las cuerdas vocales, que tienden a endurecerse, mientras que los pólipos son lesiones, generalmente de mayor tamaño, que podrían compararse a una ampolla.

Afonía, ronquera, voz más grave de lo habitual, voz entrecortada… son síntomas de que algo ocurre con nuestras cuerdas vocales,  los otorrinolaringólogos insisten en que cualquier alteración de la voz que se prolongue más de una semana requiere consultar con el especialista, sobre todo si se tiene (o se ha tenido) el hábito nocivo del tabaco.


¿Qué puedes hacer para cuidar tu voz?

.

Algunos de estos gestos muy sencillos contribuyen a la salud de nuestras cuerdas vocales:

1- Procurar evitar aquellas sustancias que puedan irritar o resecar la mucosa que recubre la laringe como por ejemplo el tabaco, las bebidas alcohólicas, la cafeína o las comidas muy picantes, huir de aquellos espacios cerrados cargados de polvo en el ambiente o humo (al menos intentar hablar lo menos posible en estos entornos).

2- Utilizar un tono de voz adecuado. No hablar “a gritos”, intentando superar el ruido ambiental, la música en un bar o restaurante, alzando la voz en una reunión para que se nos escuche… lo ideal es mantener un tono normal, ni tampoco hablando en susurros (también exigen un esfuerzo de control vocal).

3- Evitar el carraspeo. Toser, en un momento dado, es inevitable, pero hay personas que carraspean casi por costumbre, de manera inconsciente, algo que daña innecesariamente garganta y cuerdas vocales.

4- Controlar la respiración al hablar. No es bueno utilizar el aire residual de los pulmones para intentar decir esa “última frase” hasta el punto de sentir cierta sensación de ahogo. 

5- La voz requiere descanso. Permanecer en silencio unos minutos, 10 – 15, cada cierto tiempo, como profesores, cantantes, locutores.

6- Dormir lo suficiente. Es una medida esencial para la salud general, pero, aunque no reparemos en ello, también lo es para nuestra garganta.

7- Hidratarse correctamente. Los necesarios dos litros de agua diarios contribuyen a mantener en buen estado nuestra laringe.

Tratamientos rehabilitadores de la voz

En muchos casos, la voz se puede rehabilitar con terapias específicas, en la que intervienen otorrinos, logopedas y foniatras, que pueden ayudarnos a aprender a respirar y a utilizar el tono correcto de voz que no dañe nuestros órganos de fonación, casos graves puede requerir cirugía.

¿Cómo reconocer una voz enferma?

Los síntomas más habituales son:

[]Pérdida de claridad y sonoridad, la percepción de disfonía, lo que la gente comúnmente llama “estar ronco”.

[]Sentir frecuentemente la necesidad de “aclarar la garganta” o carraspear antes de hablar para que la voz se escuche bien.

[]Variabilidad en la calidad de la voz, la cual se va perdiendo durante el día de acuerdo al mal uso o abuso vocal.

[]Las personas con reflujo muchas veces dicen tener peor voz en las mañanas.

[]Cansancio o fatiga al hablar.

[]Dolor en la zona de la laringe, ya sea a la palpación, al hablar o al tragar.

En algunos casos los pacientes refieren que cuando quedaban disfónicos, se recuperaban rápidamente, pero que cada vez más les cuesta recuperar la voz.