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LIMPIEZA EN LA CIUDAD

 Por Gerardo Caparro.


Es muy agradable ver los cambios positivos en nuestra ciudad, empezando por la precipitosa caída del clan en el este haciéndose polvo con todos sus seguidores, perdiendo toda credibilidad después de haber sido venerados por muchos, al fin la máscara cayó.  Siempre nos dimos cuenta de las falencias y corrupción que imperaba en el Alto Paraná, pero muchos se encontraban amordazados de alguna manera quizás por no perder la posición, el status, el trabajo o algún contrato turbio.


La mafia del microcentro muy pronto será sólo historia, la parte negra de nuestra historia. Ya se empezó a desenmascarar al menos una parte de la fuente de corrupción de Policías de Tránsito y otros letrados que cobraban considerable suma de dinero a connacionales y a extranjeros para dejar pasar los vehículos más rápido hacia la frontera. Lo que normalmente se puede hacer en 40 minutos, con dinero lo llevaban por un pasadizo secreto y solucionaban en menos de minutos.

 Debemos volver al principio, empezar de cero, limpiar la ciudad de corruptos, estafadores, mentirosos y ladrones. Que los comerciantes grandes y pequeños ofrezcan productos de primera calidad a precio justo. Que paguen sus impuestos eliminando así las dádivas innecesarias por debajo de la mesa. Si no dan motivos para las coimas nadie les va a coimear y si se le pide, que denuncien a los malhechores.

La institución municipal se está limpiando, eliminando a los llamados “planilleros” quienes cobraban salario mensual sin merecer, sin trabajar, es decir robaban a la institución municipal recibiendo de manera fraudulenta una suma de dinero. Sólo así se justifica tantos halagos, hurras en favor de sus caudillos líderes.  Esta desmedida veneración tiene un precio, y quien lo pagaba era el pueblo. Como dice el refrán “no hay mal que dure 100 años” les tocó esta vez a quienes pensaban que serían eternos y que Ciudad del Este era de su propiedad. 


De a poco y sin producir tantas heridas se irá limpiando la ciudad tanto de las mugres propiamente dicha como de corrupción que empobrece a la “Primera potencia económica del país” y segunda ciudad más importante a nivel nacional. 

Ya en otro tiempo, Ciudad del Este era considerada la tercera potencia comercial a nivel mundial, ahora ni sabemos en qué lugar quedó aquel orgullo, ni siquiera sabemos si nos recuerdan.  ¿Qué podemos hacer nosotros? Pues, de lo sencillo podemos empezar, al menos no tirando las basuras por las ventanillas de los autos y buses a la vía pública estaría bien, guardar la cáscara de caramelos o de bananas hasta encontrar un basurero y depositarlo allí. También el pueblo en general ya puede adoptar el hábito de documentarse correctamente, así cuando la policía lo requiera de documentos de identidad y del vehículo no haya ninguna posibilidad para malos entendidos. Tener prendida la luz baja en carretera y en la ciudad, usar cinto de seguridad, tener extinguidor, etc. Todo esto, deberíamos tener, aunque nadie nos lo pida, es obligación tener todo lo mencionado.
¿Qué pasará ahora de los ex planilleros? Supongo que después de una profunda reflexión sobre su vida, indefectiblemente debe tomar una decisión importante: Trabajar.