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EL INFIERNO... ¿EXISTE?




La palabra infierno es muy asustadora, fría y tenebrosa. Pero, ¿qué es el infierno? El infierno existe, así como existe Satanás y su reino.


La Biblia, en el antiguo testamento nos muestra textos que nos hablan de Satanás, de sus obras y del destino de las personas que en su vida rechazaron a Dios y a su misericordia.
Todo depende de la fe, "el que cree y se bautice se salvará, el que se resista a creer se condenará (Mc. 16,16)

La existencia del infierno es un dogma de la fe. Jesús nos dijo: " El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles para que quiten de su Reino todos los escándalos y saquen a los obran el mal. Y los arrojarán en el horno ardiente. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. (Mt. 13,42). En otro momento dijo: "malditos, aléjense de mi y vayan al fuego eterno, que ha sido destinado para el diablo y para sus ángeles (Mt. 25,41).

Jesús habla de "fuego", de "horno ardiente" (Mt. 13,30;42) dice que allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 49-50). San Marcos destaca las palabras de Jesús sobre la necesidad de oponerse a las tentaciones; "cortar las manos, los pies, los ojos y así entrar al cielo y no ser arrojados al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga". (Mc. 9,42-50).

Según la enseñanza de la Iglesia, el infierno no es un "lugar" sino un "estado" de separación eterna de Dios, de los que durante su vida no le aceptaron a Dios y rechazaron su voluntad, sus mandamientos. El infierno es un "estado de condenación y castigo por los delitos cometidos durante la vida.

El PURGATORIO, tampoco es un lugar sino un "estado" de penitencia por los pecados, todavía no "pagados".

¿Qué es la condenación eterna?
Dios no condena a nadie. Somos nosotros quienes nos condenamos.. Jesús dijo: "Yo no vine a condenar a nadie".

Dios nos envió a us único Hijo para nadie padezca sino que tenga vida eterna. "Vayan por el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará, el que se niegue a creer se condenará" (Mc. 16, 15-16). "Por tus palabras serás declarado justo, y por lo que digas, será condenado". (Mt. 12, 37).

Somos nosotros quienes abandonamos a Dios. Él jamás nos abandona, Él nos sigue como buen pastor, buscando a la oveja perdida. Él no nos abandona, porque sobre nosotros se derramó su sangre vertida desde la cruz. Él pagó por nosotros, somo de su Propiedad, él es amor misericordioso. Él no nos condena, nos ofrece el perdón setenta y siete veces siete.

¿Entonces, quiénes van al infierno?
Solamente los que quieren, los que conscientemente rechazan a Dios y cometen los delitos sin arrepentirse. ¡Así amó Dios al mundo, le dio al único hijo para que quien cree en Él, no se pierda, sino que tenga la vida eterna. Dios no envió a sus Hijo al mundo para condenar, sino para que el mundo se salve.

Para quien cree en él, no hay juicio. San Juan en su primera carta dice: " el que no ama está en un estado de muerte. El que odia a su hermano es un asesino y como saben, ningún asesino tiene vida eterna. 1Jn 13,15.