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LA FIESTA DE LOS NIÑOS SIN TIEMPO

Escrito por Abog. Gerardo Chaparro.

Me pregunto si cómo pasarán las fiestas de fin de año los niños  que tanto molestan en los semáforos…  Quizás para ellos será un día más, quizás estén esperando un pedazo de pan dulce de alguna persona caritativa, ¿o sólo reproches?


Es muy fácil criticarles y gritarles desde la ventanilla de los autos cuando están molestando y comportándose como quien sólo tiene instinto. Estos niños son nuestros hijos que no han tenido la oportunidad de ir a un colegio de renombre y vestir a la moda. Son los hijos de la sociedad, producto de un sistema bárbaro y maquiavélico.

Día  a día se alimentan de las migajas que caen de la mesa como aquel perro en guardia esperando el momento oportuno. No conocen de días ni de noches, no tienen noción del tiempo ni qué será de ellos el día de mañana, para ellos no importa el futuro. Para ellos no existen el tiempo y creen que es un invento del ser humano, para ellos todo es eterno y ahora.

Para nadie es novedad que los niños en situación de calle también estén en situación de riesgo, que su pan de cada día es el espaldarazo que recibe de los "cristianos" que hacen obra de caridad entre sus hermanos de quienes reciben beneficio, sin embargo el más necesitado de nuestra caridad son estas personitas, necesitan cariño, apoyo y compañía.

No tienen la culpa de vivir así, tampoco sus padres porque ellos mismos no han tenido la suficiente sapiencia de vivir otra vida y así van procreando hijos de la miseria. 

Anhelo que lleguen a abrir los ojos aquellas organizaciones que realizan grandes eventos en pro de los necesitados que dirijan sus miradas hacia estos pequeños y se realice un programa con seguimiento continuo y efectivo.

Pero la realidad es que cuando los demás estén festejando a alto nivel en familias y gran alegría con una gran cantidad de alimentos, ellos solamente pasarán sumidos en su pobreza y como única compañera aquel toco maldito que va acabando con sus vidas.

Mientras todos intentan aparentar lo que exige la sociedad, ellos siguen ahi... esperando la esperanza, que la mano de Dios se extienda en la humanidad para levantarles y dirigirles a la verdadera vida, para que también sean ellos como nuestros amados hijos. 
“Felicidades mi niño de la calle”