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DONACIÓN DE ÓRGANOS


Escrito por Abog. Beatriz Morel.
UN ACTO DE AMOR...
Estamos ante la necesidad de la solidaridad para con los necesitados, principalmente cuando se trata de personas con enfermedades extremas y graves. 

Últimamente se está publicitando bastante los pedidos de órganos humanos, que no podrían ser trasplantados sin segar la vida del donador, en muchos casos. La donación de órganos es una cuestión cultural, es un acto de amor… el más gran amor de todos los tiempos: “dar la vida por los demás”. Ese momento tan difícil de la decisión, cuando la carta está echada y la partida es inminente y, otro lo mira con ganas de vivir, suplicando su parte. ¿Cómo no dar lo que a uno le sobra o ya no lo va a usar?

Es un tema muy sensible, ya que se trata de una situación extrema y hace falta concienciar a todos sobre la donación y la predisposición personal, ya que estaremos realizando un bien mayor. En esa triste circunstancia del ser querido que va hacia una partida sin retorno, la decisión generosa cargada de amor, puede transformar una muerte en vida y el dolor en esperanza. La iglesia también sostiene que donar órganos vitales es un signo del compartir la vida y los bienes, como signo de una comunidad cristiana.

Se producen accidentes muy graves a lo largo y a lo ancho de nuestro país, son aquellas personas que, lastimosamente se van apagando pero que podría seguir viviendo en otro hermano. Entonces, ¿Por qué enterrar con nosotros la posibilidad de dar vida a otro? Hay que dar el gran gesto de amor para salvar a otras personas que todavía tienen oportunidad de vivir. 

El tema nos lleva a la reflexión a grandes y pequeños, vemos que durante las últimas décadas, el desarrollo del trasplante ha sido vertiginoso, los adelantos quirúrgicos e inmunológicos han permitido alcanzar excelentes resultados al disminuir la incidencia del rechazo. Pero, nos encontramos con el problema esencial: “la falta de órganos como principal causa por la cual no se puede dar respuesta a  los pacientes de la lista de espera.

Es difícil donar, pero con la concienciación podemos lograr discernir el acto maravilloso de la donación. Sin duda, donar órgano es un gran acto de amor al prójimo. Es salvar vidas. Ante una pérdida irreparable, el ser querido fallecido puede seguir viviendo en otra persona. Ya lo hemos visto los rostros inocentes de aquellos niños que esperan de nuestra solidaridad y ¿cuántos han fallecido esperando la donación? Al no donar se pierde todo, todas las esperanzas de vida… pero, gracias a este acto solidario, mucha gente actualmente goza de una vida nueva.

Seguir viviendo a través de otra persona es posible siendo donante voluntario. Pueden hacerse donante, toda persona mayor de 18 años, capaz legalmente, puede donar sus órganos luego de su fallecimiento. Para ello, debe acercarse a los principales establecimientos de salud, a fundaciones que disponen de formularios del Registro Público Nacional de Donantes de Órganos y Tejidos. El trámite es gratuito. Si una persona decide ser un donante y realiza el trámite mencionado, la forma más simple y concreta de que su voluntad sea respetada es compartiendo la decisión con los familiares y amigos. Ya que los familiares tendrán la última palabra en la decisión de donar  y/o respetar la última decisión del difunto.